viernes, julio 28, 2006

Civilización y Barbarie


Fecha: 29 de julio de 1966; Lugar: Perú 222, Capital; Objetivo: supeditar a las Universidades Nacionales al Ministerio de Educación (intervenirlas para “limpiar esa cueva de bolcheviques”) mediante la “Operación Escarmiento”; Consecuencia: destrucción de la enseñanza superior y de la investigación científica de nuestro país. Fue la Noche de los Bastones Largos, el bárbaro intento de acallar las críticas a los golpes.
Hace ya cuarenta años del “famoso” decreto-ley Nº 16.912 con el cual el gobierno del dictador Juan Carlos Onganía ponía fin a la autonomía universitaria, vigente desde la Reforma Universitaria de 1918, disolviendo el Consejo Superior y nombrando como interventores a los rectores y decanos que aceptaran quedarse.
Muchos, la mayoría, no lo hizo; como tampoco muchos de los profesores que enseñaban en aquellos claustros. La Universidad de Buenos Aires (UBA) fue la más castigada, y de ella, la Facultad que peor la pasó fue la de Ciencias Exactas. Se acababa así con la llamada “Época de Oro” de la Universidad que se había forjado durante once años ininterrumpidos de trabajo y esfuerzo.
La opción del momento para los docentes era quedarse y ser perseguidos, o renunciar en masa; mostrando de esa forma el repudio a la intervención. Fue la segunda opción la elegida por muchos. De esta forma, sólo en la UBA, renunciaron 1378 docentes, el 22,4%. Sin embargo en Exactas ese promedio fue más alto: dejó sus funciones el 77,4% del plantel docente. Además, en Filosofía y Letras lo hizo el 68,7%, y en Arquitectura el 47,7%.
Pero fuera de los fríos números, que indican la magnitud del estrago, lo que queda en evidencia es lo que se quería eliminar: el pensamiento crítico de autoridades, docentes y alumnos de la Universidad.
Pensamiento y criterio críticos, y espíritu de grupo que, en el plano político, llevó un año antes del golpe a organizar marchas contra el posible envío de tropas argentinas a República Dominicana luego de la invasión norteamericana. O el repudio a la cúpula militar, expresado por alumnos adherentes de la izquierda universitaria en ocasión del 51º aniversario de la muerte de Julio A. Roca, lanzando monedas contra los asistentes, desde el primer piso de la Facultad de Ciencias Exactas. Dos hechos que los militares no perdonaron.
Pero lo que no tenía cabida en el corto razonamiento militar es que ese mismo pensamiento crítico es una de las condiciones sine qua non para la investigación científica. Sin ese espíritu de grupo es imposible la conformación de equipos de investigación y desarrollo como los que había en esa época en la Universidad.
Equipos que fueron diezmados y disueltos, salvo algunos que encontraron cabida en países como Chile, Venezuela, Estados Unidos y Europa. Equipos que estaban dando los primeros pasos en áreas como electrónica y microtecnología, ciencias duras y blandas, dentro de los cuales existía un nivel alto en cuanto a formación científica y donde se priorizaba la investigación.
Acabada la democracia en el país, se terminó a los palazos con la democracia universitaria. Democracia y una forma de gobernar la Universidad que llevaron, en ese entonces, a que los alumnos fueran becados para estudiar y especializarse en el exterior, para luego volver y aplicar lo aprendido en los claustros locales.
Presupuesto que permitía que un ayudante de cátedra de primera pudiera vivir con lo que percibía por esa labor. Entusiasmo que predisponía a los mismos estudiantes a dormir en las facultades para controlar durante las noches los pruebas que realizaban.
Es todo esto lo que se perdió para siempre con los bastonazos propinados a esos trescientos alumnos y profesores aquel veintinueve de julio. Porque lo que no logró completar Onganía lo hizo Videla.
Se perdió aquella Universidad meritocrática, en la cual se becara y se recibieran los mejores; se perdió ese espíritu de grupo cimentado en la confianza, tan contraria la quienes pretenden “hacer carrera” sin importarle venderse al mejor postor, o apelando a la obsecuencia con el poder. Se terminó esa Universidad pluralista, que no era tomada como botín del poder partidario de turno, con los consiguientes “premios” para quienes le respondan. Se acabó con esa democracia participativa, para convertirse, actualmente, en una democracia meramente formal, fiel reflejo de nuestro país.Muchos dirán que fueron a muy pocos a quienes le importó esta intervención. Es verdad; como lo es también que hubo muy pocos que lloraron por el derrocamiento del Dr. Arturo Humberto Illia. Pero también es cierto que somos una sociedad muy poco democrática, muy poco apegada al Derecho, y a la cual tampoco le importa mucho la ciencia.
Datos recopilados de: La Noche de los bastones largos. Sergio Morero. Grupo Editor Latinoamericano

Para la carta que Warren Ambrose, profesor del MIT apaleado en esa misma noche, enviara al NY Times, ver aquí


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viernes, julio 21, 2006

Yo pago, Tú pagas, Él...no


Desde hace tiempo se habla en nuestro país respecto de la redistribución de la riqueza, de un sistema progresivo de tasas e impuestos, y todo aquello que hace que sean los que más ganan quienes más paguen al Estado, para que sea éste quien administre los dineros de forma tal de brindar salud, educación y seguridad a la población en general, en especial a los más desprotegidos.

Respecto de ello, en nuestra ciudad se dio, aunque no con mucha difusión, la discusión sobre la aprobación en el Concejo Deliberante de una ordenanza que exime del pago de las tasas municipales a la UTE (Unión Transitoria de Empresas) que resultó adjudicataria de la obra por la cual se construirán los colectores, las estaciones elevadoras y la planta depuradora de líquidos cloacales.

Esta UTE, a la cual se le adjudicó dicha obra por un monto final de $ 64 millones ochocientos mil pesos está conformada por las Empresas Benito Roggio SA y Electroingeniería SA.

Fueron éstas mismas compañías quienes, antes de realizar la oferta, solicitaron al ENOHSA (Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento) la “posibilidad” de que se le eximiera del pago del siete por mil sobre el monto final de la obra, en concepto de contribución que incide sobre la actividad comercial industrial y de servicios (Título IV, Capítulo I, Artículo 1º de la Ordenanza General Impositiva Nº 1408, de la Ciudad de Villa Carlos Paz).

Una vez recibida esta consulta, entre otras, el Ente les contesta en nota Nº 3841 de fecha 3 de octubre del 2005 que el municipio había informado que “la obra será declarada exenta del pago de toda tasa”. Ahora bien, quiénes son las empresas solicitantes de tal beneficio.

Benito Roggio SA es la empresa constructora integrante del Holding Roggio SA. Además, el mismo es controlante de Cliba, empresa dedicada a la ingeniería ambiental; Metrovías, operador de la red de subterráneos de Buenos Aires y del Ferrocarril Urquiza; CET (Compañía de Entretenimientos y Turismo), operador de hoteles y tragamonedas en la Provincia de Córdoba; Prominente, empresa de tecnología y desarrollo de software. Además posee intereses en los rubros desarrollos inmobiliarios y concesiones viales. Por todo ello, el Holding factura anualmente $ 800 millones, con una ganancia aproximada de $ 70 millones.

Electroingeniería SA, empresa dedicada a construcciones civiles y de redes eléctricas, compuesta por su homónima, la cual posee sucursal en Perú, e INTESAR SA. Además, la integran empresas dedicadas a la producción vitivinícola como FRUVEX SA y Don Oreste SA. Dicha empresa facturó durante el año 2005 $ 101 millones.

Volviendo a los números, cuál es la cantidad de dinero que las empresas están eximidas de abonar, o, que el municipio deja de percibir?

Si tenemos en cuenta un monto total de $ 65 millones, y tomando en cuenta solo las tasas de industria y comercio, estaríamos hablando de aproximadamente $ 500 mil. Ahora, si somos generosos y suponemos que ese monto, de haber sido abonado, se hubiera pagado en término, le correspondería una reducción del 30 %. Estaríamos hablando de $ 350 mil por el total de la obra. Prorrateado en dos años, que debería ser el tiempo de obra, serían, entonces, $ 175 mil por año. Si ese dinero lo comparamos con las ganancias que estas empresas perciben anualmente, el monto, es significativo? La respuesta lógica sería, No.

Quienes defendieron este proyecto aprobado el 6 de julio pasado argumentaron que ese era el aporte que la Municipalidad, o la población, de Villa Carlos Paz debería hacer por una obra que era abonada por el Gobierno Nacional, y no por los habitantes de la ciudad, cuya importancia radica en que pondría fin a la contaminación del Lago San Roque, y cuyos directos beneficiarios son quienes vivimos sobre sus márgenes.

Sin lugar a dudas que lo beneficiaros somos quienes vivimos en Villa Carlos Paz por lo que, entre otras cosas, significa turísticamente nuestro espejo de agua. Pero también lo son los habitantes de la Ciudad de Córdoba, a través del mejoramiento de la calidad del agua que ellos consumen.

Pero más allá de esto, y volviendo al principio, a veces se hace difícil hablar de equidad impositiva. Sin duda muchos de quienes tienen un comercio en nuestra ciudad, y viven de él, en varias oportunidades les resulta difícil pagar, y ni hablar de hacerlo en término. Son ellos quienes, quizás, no tengan la misma lógica en el razonamiento a la hora de aceptar el otorgamiento de beneficios impositivos a grandes empresas, que quienes tienen la responsabilidad de autorizarlos. A priori no se puede estigmatizar ni a uno ni al otro. Ambos tienen partes de razón. Sin embargo, es facultad indelegable del Estado el inclinar la balanza por quienes tienen menos poder de lobby.

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viernes, julio 14, 2006

Sonría, lo estamos filmando


La seguridad se ha transformado en nuestro país, desde hace ya un tiempo, en un tema si no excluyente, por lo menos importante. Así lo reflejan los diferentes medios de comunicación masiva, como la televisión, radio, diarios, y hasta internet.

Día a día estamos expuestos como televidentes, radioescuchas, lectores o internautas al bombardeo mediático de noticias policiales. Asaltos, robos, asesinatos, secuestros, violaciones, y todas las demás figuras que son enumeradas en el Código Penal, son mostradas sin solución de continuidad.

Desde hace un tiempo, también, la población va tomando sus recaudos para minimizar las posibilidades de ser víctimas de un delito. Y claro, si el particular, el ciudadano común toma precauciones y adquiere perros de guardia, instala alarmas, coloca rejas, y hasta algunos se hacen de armas de fuego; si en los comercios sus propietarios colocan cámaras de seguridad, por qué desde el sector público no se debería hacer lo mismo?. Y sin lugar dudas, lo hace.

Servicio de adicionales en los bancos, custodia privada en el municipio, posta policial en la Terminal de Ómnibus, y cámaras de vigilancia en el Concejo Deliberante.

Hasta aquí nada que nos pueda sorprender o llamar la atención.

Cuando se publica la información sobre algún robo del cual habría sido víctima el Presidente del Concejo Deliberante, léase faltante de un teléfono inalámbrico de su propia oficina; o que habría sido descubierta una pareja en el baño de ese establecimiento haciendo “quién sabe qué”, aunque no es muy difícil imaginarlo, cualquier persona a la que se le pida un diagnóstico, desde su más rudimentaria lógica, y sin temor a equivocarse, diría: “FALTA SEGURIDAD”.

Hecho el diagnóstico, el paso siguiente es hallar la solución. Teniendo en cuenta que el legislativo municipal cuenta con una recepción con su correspondiente recepcionista en horario administrativo, y un “sereno” para el resto del día, si se cuenta con rejas que quedan cerradas, o deberían estarlo, para no permitir el ingreso de personas extrañas cuando no “queda nadie” en las oficinas, entonces, qué hacer para reforzar la seguridad y evitar hechos como los narrados? Y a alguien se le ocurrió: instalar cámaras.

Sin lugar a dudas es una buena opción. Si estos artefactos son utilizados en bancos, ingresos a edificios, grandes superficies comerciales, y hasta en heladerías de nuestra ciudad, por qué no hacerlo también en un área de la repartición pública?. Todo sea hecho en nombre de la SEGURIDAD.

Aunque todo siempre dependa de cómo se haga, nadie estaría en contra de una medida de tal naturaleza. Hasta que alguien pega un grito y avisa; hay cámaras ocultas en el Concejo!!! Y efectivamente, las había.

Entonces aquí surge la pregunta, por qué utilizar el sistema de cámaras ocultas instaladas en los pasillos del Concejo, si se pueden colocar aquellas que son visibles para quien ingresa al mismo? Si siempre es mejor esta última opción, ya que las mismas cumplirían con una doble función; la de simple artefacto disuasivo para quien estaría con la idea de cometer un ilícito; y la cumplir con su función principal, vigilar quien ingresa.

Sin dudas que las cámaras ocultas tienen una mala fama. Se supone, a priori, que son para espiar, ver y grabar aquello que no se podría por otros métodos. Las cámaras visibles no sorprenden ni asustan a nadie, y cumplen una misma misión fundamental, vigilar, asegurar la propiedad.

Que se instalen cámaras ocultas no es bueno, pero que no se informe a quienes conforman el cuerpo legislativo llama a la paranoia de quienes no lo saben. Tal es así que uno de los ediles hizo revisar su oficina en busca de cámaras o micrófonos. Una exageración? Puede ser, pero es bueno no fomentarla con algunas decisiones.

No soy adepto a las conspiraciones ni me gusta pensar en un complot internacional, nacional, provincial, ni municipal. Y es por ello que catalogaría este asunto como “desprolijo”.

Si el fin último era velar por los objetos, máquinas, útiles, y todo aquello que es propiedad de una dependencia que contiene a los “representantes del pueblo”, por qué no “hacerlo bien”?.

Digo Desprolijo, como adjetivo que colocaría a una situación como ésta, porque si bien es criticable una acción de este tipo, no hay nada que lleve a dudar o pensar de otra forma. Pero ojo, la paranoia está instalada, la sospecha incrementada, las buenas intenciones enturbiadas. Bueno sería no repetir errores.

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viernes, julio 07, 2006

Primavera, verano, otoño y ¿primavera?


Mucho se viene hablando desde hace algunos años de la tendencia a un incremento en el Efecto Invernadero que sufre nuestro planeta y de la aparición del famoso Agujero de Ozono. También se sabe que la utilización, y por lo tanto, quema de grandes cantidades de combustibles fósiles como el petróleo, son los causales de dicho incremento al no dejar que la temperatura de la tierra baje más rápidamente. Que el CFC (Clorofluorocarbono), gas utilizado para la fabricación de aerosoles, es el causante de la reducción de la capa de ozono, y de las consecuencia para nuestro planeta de todo ello. El cambio climático con el consiguiente aumento de la temperatura, lleva al derretimiento de los glaciares y la inundación de zonas costeras, como también la incidencia mucho mayor de los rayos ultravioletas (UV) con su consiguiente efecto sobre los seres vivos. De lo que mucho no se habla es de las consecuencias económicas que todo ello trae aparejadas.

Cuando se habla de “cambio climático” versus “consecuencias económicas”, pueden venir a la cabeza el efecto de las inundaciones, el éxodo poblacional, etc., aunque quizás, el resultado de todo esto comience ya a afectar al “ciudadano de a pie” en una forma más concreta, acaso más pequeña, pero no por ello menos importante.

Ya desde mediados de junio y en lo que va de julio la pregunta más frecuente que se oye en la calle, bares, clubes, es; el invierno, ¿cuándo empieza? Y es que las temperaturas invernales ya no son lo que eran.

Según el Servicio Meteorológico Nacional, la temperatura media en la provincia durante el mes de junio era de 14 grados centígrados entre los años 1961-1990. La máxima media de 16 grados y la mínima media de 6 grados en igual período. Nada parecido a lo que acontece actualmente.

Entonces, ¿el invierno? Es lo que también se preguntan empresarios, comerciantes y empleados de cualquier comercio de prendas de vestir. Pasa que luego del Día del Padre las ventas no repuntan, al contrario, bajan. Sin una fecha que invite a regalar, con un stock importante, y sin frío; qué hacer con la ropa de invierno sino “liquidar”.

Son los carteles que indican “liquidación fin de temporada” o “30, 40 o 50% Off” los que se pueden ver en los grandes centros comerciales de la Ciudad Capital, e incipientemente en Carlos Paz. Y es en el comienzo del mes de julio, cuando todavía ni siquiera dio inicio el receso invernal, que se vienen las rebajas de todas las prendas que tengan “olor” a invierno. La “temporada” otoño-invierno para “la moda oficial” si hasta hace algunos años culminaba en agosto, ahora termina a fines del mes de junio.

Las ventas se estancan, las compras de ropa de verano se adelantan, la de invierno se liquida, el calor se mantiene, los comercios rebajan por efecto contagio; y ¿el invierno?, bien, gracias.

Cualquier potencial cliente desprevenido que ingrese a algún local y pregunte por el precio de un pulóver puede recibir como respuesta: “está a 80 pesos, pero antes estaba a 110”. Claro que ese “antes” fue la semana pasada.

“Y es que ya estamos comprando lo que se va a usar la próxima temporada primavera-verano, y tenemos que sacarnos el stock que nos quedó después del día del padre”, comenta un vendedor ávido por comenzar a captar clientes. Camperas, pulóveres, sacones, jeans, trajes de invierno, todo está a precios de descuento. Si alguien en estos días tiene previsto viajar a Bariloche y pretende comprar alguna de esas camperas para la nieve notará que puede conseguir precios con un 20% de descuento. Porque si se quiere ver nieve hay que ir al sur, ya que por estas latitudes el clima todavía ni amagó.

Y es que el efecto invernadero, y el agujero de ozono son los que dictan la moda en estos primeros años del siglo XXI, son esas consecuencias no deseadas del progreso material de las naciones ricas quienes le indican a ese “ciudadano de a pie” qué ropa lucir en una cálida tarde de julio.

Y la pregunta se repite una y otra vez. ¿Y el invierno? ¿Qué hago con el kilo de lana para tejer pulóveres?

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