lunes, septiembre 25, 2006

ENtel Vuelve

Es increíble la cantidad de información, útil, y de la otra, que se puede hallar navegando por Internet. Prácticamente se puede encontrar todo lo que uno busca, sólo hay que saber cómo.

En uno de esos “paseos” frecuentes por la red pude observar el título de un texto que a primera vista no era muy extenso. “Entel Vuelve”, se podía leer. Deja vú, fue lo primero que creí haber experimentado. Vuelvo a observar la pantalla, ahora con más atención, pero las letras vuelven a armar la misma frase. “Entel Vuelve”.

Ingreso a la nota principal, no dice mucho, sólo que es algo así como una nueva propuesta de telefonía comunitaria. Algo así como que la telefonía, en la Argentina, volvía a ser nuestra. Allí, en esa misma nota indicaba la dirección de la página web de este supuesto emprendimiento.

Tecleo entonces “www.entelvuelve.com.ar”. Me encuentro entonces con una gran “e”, el viejo logo de la vieja Empresa Nacional de Telecomunicaciones, con el agregado de una línea orbital a su alrededor, símbolo del ciberespacio, de la nueva era de la inmediatez, de la nueva forma de comunicarnos.

Es muy escueta la explicación sobre esta nueva “empresa”, y vuelvo a leer las mismas palabras “telefonía comunitaria”. Y lo más interesante “tarifa plana e Internet gratis”

Fue en ese mismo momento que recordé aquellas palabras de los funcionarios del régimen menemista diciendo que había que deshacerse de la vieja y gigantesca ENtel. Que era una empresa estatal que había que privatizar porque al país le salía muy caro mantenerla para el “mal servicio” que le brindaba a la población.

Es cierto. Recuerdo que esos últimos años de la empresa fue una época en la cual había que esperar mucho tiempo para que le den el servicio para alguien que lo había pedido. Que había que tener paciencia para que, al llamar a reparaciones, la cuadrilla se presentara y compusiera el desperfecto. Pero lo que muy pocos dicen es que había que prestar un mal servicio para que el usuario se convenciera de la “necesidad” de la privatización. Había que transformar la empresa en un “gigante” inoperante y pesado, de forma tal que fuera más barata para quienes habrían de comprarla. En una palabra, había que desmantelarla, y en eso hubo mucha complicidad de “adentro”.

En su momento, las primeras publicidades mostraban al ”teléfono” llegando al más remoto pueblo de nuestra amplia geografía nacional. Sin embargo, aún hoy, a quince años de la liquidación de la Empresa, un tercio de los hogares argentinos (doce millones) no posee línea fija residencial; y, según los cálculos, quinientas localidades no poseen ni una sola línea telefónica.

Eso sí, la telefonía móvil tuvo un crecimiento exponencial. Desde la devaluación se pasó de 17 a 57 celulares por cada 100 habitantes, mientras que las líneas fijas en lo que respecta a las provincias del norte y noroeste es de nueve por cada cien. Claro, el uso del celular es más rentable para las empresas, para el usuario casi el doble más caro. Gracias a la desregulación de las tarifas de la telefonía móvil e Internet, las empresas prestatarias, Telecom y Telefónica, invierten en este sector y no en el otro, que tiene tarifas congeladas.

En el medio, como siempre los sectores de bajos recursos. El 64 por ciento de los celulares vendidos el año pasado fueron adquiridos por este sector socioeconómico. La única forma de estar comunicados es pagar el doble que quien posee una línea fija.

Vuelvo a mi computadora, sigo en la misma página. La explicación de la forma de trabajo y conexión de este sistema también es muy breve, se asemeja a la simpleza de lo teórico sin un anclaje en lo real. Sin embargo pienso que es creíble ese pequeño gráfico explicativo. Creo en lo que veo, porque estoy convencido de que es necesario un cambio en las reglas de juego. Un cambio que haga más humano, más comunitario el sistema capitalista.

Envío un correo electrónico a la dirección que me indica la página web, consultando sobre los detalles del funcionamiento, cantidad de usuarios, tarifa. Veo, más allá de la posible implementación, la próxima nota a escribir sobre un “sistema comunitario y económico de telefonía”. Entel Vuelve.

La respuesta es más sorprendente que el descubrimiento inicial. “Entel Vuelve” no existe. Es una “intervención comunicacional”. Una creación teórica de algo que, de buscarlo, de quererlo, podría ser real. Una creación que dispara la discusión sobre una necesidad: la de romper con una situación oligopólica a la que estamos sometidos en el sector de la comunicación. Crear lazos con nuestros vecinos, con quienes, de acuerdo a este modelo, compartiríamos esta nueva “telefonía comunitaria”.

Disparar el debate sobre el tema de que las privatizaciones en sí mismas no solucionan nada. Que el Estado debe estar presente ejerciendo su papel de contralor y asegurador del bienestar de la población.

CatEaters, tal el nombre de este grupo, ejerce la “Guerrilla De Comunicación”, interviniendo en los espacios multimediales ofrecidos por la sociedad de la comunicación, pero subvirtiendo su significado original. Creando nuevos mitos con los ya aceptados por la sociedad gracias al discurso oficial. Creando, con el “mito de la inconveniencia de la empresa estatal”, el “mito de la empresa comunitaria”.

Destruir el discurso dominante de los medios de comunicación donde el poder es representado como natural, naturalizando, de esta forma, su decir y su hacer , de forma tal que no haya discusión; pero utilizando sus formas.

Encender la mecha, iniciar la discusión, eso ya sucedió en el 2001. Es hora de retomar la iniciativa.

Mas información: Tirá una linea, Entelvuelve, CatEaters, Guerrilla de Comunicación

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