viernes, agosto 18, 2006

"La Basura No Existe"

Muchos pueden decir que esa frase está errada. Que quien lo dice está realmente loco o que vive en otro planeta. Sin embargo se equivocan. Esa frase realmente tiene asidero si la vemos desde un ángulo muy particular.

“La basura no existe...la ‘basura’, en realidad son recursos desaprovechados”, así lo dice Raúl Villar, Presidente de la Asociación Civil “Raíces”, con sede en la Ciudad de Córdoba.

Quienes viajamos a la capital de la Provincia sin lugar a dudas hemos visto a gran cantidad de “carreros” realizando su “trabajo”, la recolección de los residuos que al finalizar el día los comerciantes y vecinos sacan a la calle. También los vemos en Villa Carlos Paz. Claro que para ello hay que “saber mirar”, y quienes así lo hacemos nos es posible observar hombres, mujeres y niños, ya no en carros tirados por caballos, pero sí empujando carritos de menor tamaño, pero no por ello menos voluntariosos al llevar adelante su tarea.

Son estos “nuevos” cartoneros, otrora trabajadores expulsados del sistema económico formal, excluidos merced a una feroz concentración económica que dejó afuera a muchos. Es por ello que es necesario un cambio de enfoque, se hace imprescindible volver a incluir socialmente a esos expulsados, a través de la “cultura” del trabajo, y es hacia ello que apunta dicha Asociación.

Según Villar éstas “son personas que no han perdido la cultura del trabajo que imperaba hasta hace unos años, ellos salen todos los días a recolectar, haga frío o llueva”; situación que, sabiendo mirar, podemos corroborar todos los días.

Es en este punto donde comienza a jugar el concepto de “ecorrecolector”. Dice Villar “nosotros propendemos a la recolección en origen, que se lleve adelante puerta a puerta basándonos en la necesidad del ecorrecolector de realizar su trabajo, así como también del vecino de deshacerse de los residuos. Es por ello que apelamos al concepto de ‘donación’, por parte de éstos últimos hacia los primeros, de lo que se necesita eliminar y pueda ser recuperado, lo cual, en última instancia, significa dinero”.

Por ello es que “se ha realizado un estudio con el que se llegó a la zonificación de la ciudad de forma tal de que cada ecorrecolector trabaje en un radio de diez manzanas cada uno, dentro del cual hallaríamos unos cuatrocientos vecinos. Si tenemos en cuenta que, en promedio, cada familia elimina unos diez centavos por día en material aprovechable, estaríamos hablando de cuarenta pesos diarios para cada recolector”.

De acuerdo al trabajo de esta Asociación, para completar la cadena, las zonas de recolección deben confluír hacia zonas de acopio, lugar físico donde se realiza el trabajo de procesado y depuración del residuo, con el consiguiente agregado de valor al mismo. Estos centros de acopio también estarían a cargo de futuras cooperativas de recolectores, con la consiguiente creación de empleo genuino. Luego, este material ya enfardado será llevado hacia su destino final, las plantas de transformación de los materiales.

Es en esta cadena donde reside lo más importante del emprendimiento. Por un lado, el concepto de recolector “puerta a puerta” elimina la utilización de carros con caballos utilizados hasta el momento, ya que tanto la forma como la extensión en que se lleva adelante el trabajo limita dicho uso. Por otro lado, crea una suerte de solidaridad del vecino por quien le ayuda a eliminar los residuos, colaborando, de esta manera, a la preservación del medio ambiente.

Desde otro ángulo, teniendo en cuenta que las empresas de recolección de residuos domiciliaria cobran al Estado por tonelada transportada (en el caso de Córdoba, la firma Cliba), al implementarse este sistema ese peso se vería disminuido, por lo que sería menor el dinero erogado por tal concepto. En este punto, también hay que señalar que los residuos transportados por estas empresas son comúnmente enterrados en sitios dispuestos para tal fin, con el consiguiente agravamiento del problema ecológico actual, debido a la contaminación del aire y las napas subterráneas.

Cabe destacar que si bien este es un proyecto a plazo, “Raíces” ya está trabajando con cuatro cooperativas en la Ciudad de Córdoba, las cuales poseen igual número de centros de acopio. Los primeros resultados, en una escala mínima como la de ser sólo cuatro, saltan a la vista. Creación de quince puestos de trabajo en cada uno de los centros de acopio, incorporación de cien carreros que realizan la recolección para cada una de ellas, además de haber conseguido, gracias al volumen manejado, mejores precios de venta de la materia recogida. Es esto también lo importante; lograr en un futuro quebrar totalmente la dependencia en los precios de venta de los acopiadores privados.

Igualdad e inclusión social, inserción laboral y dignidad, solidaridad y cooperación; estas son palabras que muchos utilizamos a diario cuando queremos trazar el camino hacia dónde tiene que ir la sociedad, pero es cierto también que muchos se quedan en las palabras. Es por ello loable el trabajo que realizan a diario estas Asociaciones, como también necesario que los gobiernos presten atención, porque en definitiva son también los Estados quienes se benefician de una sociedad más integrada.



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